Él no es bajo.
No es tarde, no ha pasado el mediodía.
Los Pájaros no cantan en una época que los árboles no han florecido.
Él no es calvo.
Él no está sentado, no está acostado. No acaba de despestar y no ha comido.
Ni la neblina ni el agua han dejado las calles.
Él no es rubio.
En las calles no hay ruido, no hay gente.
Él no está tranquilo, no está acompañado.
Él no es flaco
Él no camina despacio, no siente el frío ni saca las manos de los bolsillos.
No vacila , ni va inseguro.
Él no es grueso.
No ve al que lo espera, no escucha, no siente el disparo.
No ve nada. No siente nada. No distingue la sangre del agua. No recuerda, No piensa.
No respira.
No es rubio, no es bajo, no es calvo, no es flaco, no es grueso. No vive, no existe.
miércoles, 2 de abril de 2008
martes, 1 de abril de 2008
la maldición
Salir del baño mojado no es una sensación cómoda, mucho menos lo es encontrar que no hay toalla. Es peor que cagar sin papel, es una mierda, dos, tres, cuatro y más, aunque es ser atrevido contarlo. Recibir el viento frío enferma, en cada lugar que hay una gotera el aire punza. Vestirse mojado acentúa el mar de sensaciones malucas. El cabello encuentra espacio para arrojar goteras en donde duele más. Todo esto produce escalofríos hasta entumecer las manos de un mocho. Bajar las escaleras es caerse, comer huevo frío es vomitar. Salir es rasparse resbalando. Los carros pasan mojando. Casi llegando a donde se va se recuerda lo olvidado. Caminar cansa, cada paso agota hasta llegar al mareo, el mareo es desvarío, el desvarío es alucinación. Todo vuelve a comenzar, se ha mojado, se ha caído, se ha resbalado, se ha vomitado, se ha enfermado. Pasa el mareo, pasa el desvarío y ya no se alucina.
...Y es una maldición llegar sano y salvo.
...Y es una maldición llegar sano y salvo.
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